Muchos conocemos los típicos cuentos de hadas que nos han contado nuestras madres o hemos encontrado en libros, siendo atrapados en un mundo ficcionista, donde algunas veces se relacionan con la vida real. Estos cuentos (la mayoría) son de origen extranjero, y muy pocos se conocen que sea de nuestro país, Perú. De hecho las leyendas sobre el tunche, la lamparilla, el chullachaki y la sirena son los más conocidos, mayormente en la región selvática, pero han sido representados con otros nombres como la huija o el demonio. Algunos de estos cuentos se han convertido en películas como: “Cementerio General” o el juego de la huija, ya que de eso se trata, que fue bien recibida, por algunos, pero las opiniones eran más malas que buenas.

Bien, como estos cuentos de hadas que conocemos la mayoría del mundo, sería interesante ver la reacción de la sociedad, frente a una película de la selva que trata de concientizar respecto al cuidado del medio ambiente. Obviamente se han hecho películas, no es que no existan, sino que las personas no las toman en cuenta y algunas hasta las ignoran, por el simple hecho de ser Peruanas y Selváticas. Aquí también entra el tema de producción para las películas, y es muchas veces por esto que no tienen atractivo para la gente que lo ve.

La literatura de la selva, expresa el grito de los bosques, cuenta como cada día se levantan protestas en contra del salvajismo humano. Los árboles, cada vez son menos y los chullachaquis, sirenas, runamulas, cada personaje mitológico está siendo eliminado, con esto se destruyen costumbres y tradiciones de la selva. En cierta forma, hacer películas que traten de defender, no solo la selva sino aquellos lugares que antes estaban vivos, llenos de árboles y animales, ahora vagan en un desierto sin fin, la utopía bella de la selva está desapareciendo, y hay que buscar maneras para defenderla de los ataques inhumanos del hombre. Una bonita forma de hacerlos sería representar de manera audiovisual, lo que el humano le hace al mundo, y de como Dios se arrepiente de su existencia. Y tal vez con esto se pueda salvar no solo la selva sino aunque sea, pequeñas partes del mundo.